La remuneración es un concepto clave en el ámbito de la contabilidad de las empresas. Entender cómo se define, contabiliza y gestiona la remuneración de los empleados es fundamental para llevar una contabilidad ordenada y cumplir con las obligaciones legales como empresa.
En este artículo analizaremos en profundidad qué es la remuneración en contabilidad, tipos de remuneraciones, dónde se ubican en el balance general, sistemas de remuneración y otros conceptos importantes relacionados.
¿Qué es la remuneración en contabilidad?
La remuneración en contabilidad se refiere a toda retribución que recibe un empleado por su trabajo en una empresa. Incluye tanto el salario base como otros conceptos adicionales.
La remuneración representa el gasto en las cuentas contables relacionado con el coste de la mano de obra. Desde el punto de vista de la contabilidad, las remuneraciones suponen una salida de recursos para la empresa que debe ser convenientemente registrada.
Definición y alcance del concepto de remuneración
Podemos definir la remuneración como la compensación económica y en especie que recibe un trabajador por prestación de servicios, ya sea por cuenta ajena o por cuenta propia.
Incluye diferentes conceptos:
- Salario base
- Pagos por horas extra
- Comisiones
- Bonificaciones
- Gratificaciones
- Participación en beneficios
- Compensaciones en especie
Es decir, la remuneración engloba toda percepción económica o retribución en bienes, derechos o servicios que el empleado recibe de la empresa por su trabajo.
Remuneración en especie: ¿en qué consiste y cómo se contabiliza?
La remuneración en especie es aquella que no consiste en dinero, sino en bienes, derechos o servicios. Algunos ejemplos incluyen:
- Vehículo de empresa
- Vivienda pagada por la empresa
- Gastos de comedor o guardería cubiertos
- Seguros médicos privados
- Descuentos en productos de la empresa
Desde el punto de vista contable, estas remuneraciones deben valorarse a precio de mercado y registrarse como un gasto de personal, incrementando simultáneamente la retribución del empleado.
La empresa debe retener el IRPF correspondiente a las retribuciones en especie y el empleado tributará por ellas.
Para contabilizarlas correctamente:
- Se abona la cuenta «Sueldos y salarios» por el importe de la remuneración
- Se carga la cuenta correspondiente al gasto realizado (combustible, alquileres, primas de seguros, etc.)
De esta forma quedan reflejadas como gastos de personal y no de la actividad propia de la empresa.
Las remuneraciones en el balance general: ¿Dónde se ubican?
Dentro del balance, las remuneraciones pendientes de pago a los empleados se suelen registrar en el pasivo corriente, en la cuenta «Remuneraciones pendientes de pago».
Esta cuenta recoge las obligaciones de pago con el personal por los servicios prestados hasta la fecha de cierre del ejercicio. Puede incluir:
- Salarios del mes en curso aún no abonados.
- Paga extra de navidad o beneficios pendiente.
- Comisiones sobre ventas aún no liquidadas.
- Retribuciones al consejo de administración.
Cuando las remuneraciones se pagan, dicha cuenta se cancela. Si al final del ejercicio quedan remuneraciones reconocidas pero aún no pagadas, aparecerá en el pasivo corriente reflejando una obligación de la empresa.
Tipos de remuneraciones
Existen diferentes tipos o modalidades de remuneraciones que pueden coexistir en una misma empresa:
- Salario base: Retribución fija acordada por el trabajo.
- Salario variable: Se determina en base a la productividad, ventas, resultados etc.
- Por horas: Se cobra en función del número de horas trabajadas.
- En especie: Retribuciones no dinerarias.
- Comisiones: Porcentaje sobre el volumen de ventas.
- Pagas extras: Compensaciones adicionales anuales (ej. navidad)
- Participación en beneficios: Porcentaje de los beneficios obtenidos.
Cada tipo tiene su propia forma de cálculo y periodicidad de pago, debiendo quedar todo recogido en la contabilidad. La política de remuneraciones debe estar alineada con la estrategia de la empresa.
Sistemas de remuneración
Las empresas pueden optar por diferentes sistemas o políticas de remuneración:
- Sistema individual: En base al rendimiento de cada empleado.
- Sistema colectivo: El rendimiento se mide de toda la plantilla.
- Sistema mixto: Combinación de los anteriores.
- Puesto de trabajo: Según las funciones del puesto.
- Por competencias: En base a las competencias y habilidades.
- Por objetivos: Vinculado a objetivos predefinidos.
- Flexible o à la carte: El trabajador elige cómo cobrar.
La elección del sistema de remuneración debe alinearse con la cultura y estrategia de la organización. Una política retributiva adecuada contribuirá a motivar y retener el talento en la empresa.